miércoles, 2 de octubre de 2013

¿ERES UN GALLINA, MCFLY?

Esta frase es con la que siempre retaban a Marty McFly en una de las mejores (por lo menos para mi y la de la que ya hablé un poco en mi otro blog) trilogías del cine. Y él siempre entraba al trapo para que "no pensasen que era un cobarde".

Y me he acordado de esa frase leyendo este post sobre algunos excesos que se cometen durante algunas fiestas (en este caso durante este año en San Fermín). A mi, mi padre siempre me decía que yo podía hacer lo que quisiera, que era libre, pero que lo que quería era que a él nunca le tuvieran que señalar por la calle. Con esto quería decirme, que sí, que hiciera lo que quisiera, pero que  tuviera siempre en cuenta que él no se tuviera que avergonzar de algo que hubiera hecho yo.

Y la verdad es que eso caló en mi. No voy a decir que a cada paso que daba pensase si eso le iba a gustar a mi padre, pero sí que en determinadas circunstancias me lo planteaba. Y ahora que soy padre, he hecho mía esa máxima e igualmente intento inculcársela a mis peques.

Por ejemplo, el otro día pasamos al lado de un colegio que debido a la hora que era, estaba cerrado. Pues bien, vimos como unos chavales estaban intentando saltar la valla del colegio. Íbamos en el coche de un amigo con su hija y mi peque mayor. Les dijimos que aquello no estaba bien, que no te podías "colar" así como así en un sitio cerrado. Que si te pillaban haciendo eso te podía detener la policía y te metías en un buen lío. Yo le subraye que ella era libre de elegir lo que hacer, pero que si en una situación así, optaba por colarse en el colegio, luego debería aguantar las posibles consecuencias.

(Como pequeña confesión, os diré que en mi juventud, nosotros nos colábamos en el instituto los fines de semana, pero para jugar al fútbol. En aquellos años nadie se planteaba unos JJOO en Madrid y las instalaciones deportivas brillaban por su ausencia -no como ahora que hay grandes infraestructuras que están cerradas por su no uso porque la gente prefiere tomarse un relaxing cup of café con leche antes que hacer deporte- y si querías jugar al fútbol o al baloncesto, o te colabas en un colegio con canchas, o jugabas en el parque con el riesgo de que te golpeara la espalda con su bastón un vecino viejuno. Cosa que literalmente me pasó a mi).

Lo que solemos decirle siempre también es que no tiene que hacer una cosa que sabe que está mal, simplemente porque sus amigas lo hagan. Y es que, cuando estás en un grupo grande, al final te dejas llevar por la mayoría y ya no piensas en si lo que haces es correcto, sigues a los demás y haces lo que ellos. (Siempre recordaré un capítulo de las primeras temporadas de la serie C.S.I. en la que Grissom analizando un asesinato, descubrió que la muerte se produjo por la paliza de un grupo de personas, en teoría, normales y pacíficas, que le apalearon hasta la muerte. La frase que dijo Grissom fue: "La mentalidad de la turba hace que las personas no distingan entre el bien y el mal, y el anonimato los protege").

Lo que tengo asumido es que por mucho que les digamos y les intentemos enseñar o guiar, habrá ocasiones en las que se equivocarán y elegirán el "camino malo", pero esas "malas" elecciones les servirán también para crecer y aprender. Porque en el fondo, ¿quién de nosotros no ha elegido el camino malo alguna vez? o ¿quién no se ha dejado llevar por la mayoría aún sabiendo que no era lo ideal?. Incluso, ¿quién de nosotros, no ha hecho algo simplemente porque sus amigos le habían picado?






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