martes, 14 de abril de 2015

PAPÁ NO TE ESCONDAS

Un día lees un post en uno de esos grupos de Facebook en los que estás orgulloso de haber sido invitado a participar. Un par de papás (Pau Almuni y Carlos Escudero con la ayuda inestimable de Joaquim Montaner) tuvieron la brillante idea de que todos los papás blogueros (o no blogueros) y también mamás blogueras, hicieran un post con el (mismo) título "Papá no te escondas" para intentar dar visibilidad a todos los papás que se implican en la crianza de sus peques y así ayudar a otros a "salir del armario".

Lo primero que pensé es que la idea era muy chula, pero claro, no sabía muy bien a que dedicar mi post. Después de mucho pensar la palabra que me vino a la mente y que va a poblar estas líneas es MIEDO.

Desde el momento en que decides tener hijos te aparece sobre el hombro (como en aquellos dibujos de nuestra niñez le aparecían a Goofy) el típico diablillo que te empieza a meter MIEDO. Y tú, que eres la persona más positiva del mundo empiezas a tener MIEDO por el embarazo (tuvimos suerte y no esperamos mucho), porque salga todo bien en el parto (a pesar de que las peques estaban muy a gusto y no querían salir, todo fue perfecto), por los primeros días en casa (hubo mucho agobio, muchos nervios y también horas muertas viendo la paz que transmitían cuando dormían)...en definitiva, MIEDO por que crezcan sanas y felices.

Pero en el fondo, en lo más profundo de mi, el mayor MIEDO que tengo es no saber si lo estamos haciendo bien. Porque aquello que siempre se dice que "los niños vienen sin manual de instrucciones" es real. Has podido leer un montón de libros (con mucha teoría y poca práctica), oír historias de otros padres (que te sirven para saber que no estás solo) incluso tener varios hijos (lo que vale para uno lo más seguro es que no valga para otro), pero el MIEDO no te lo quita nadie.

Porque quieras o no quieras, esas personitas que corretean por casa, dependen de ti. Y tú, que siempre has sido de los de hacer planes en la vida sobre la marcha, te das cuenta que tienes que cambiar el chip. Que ya no puedes hacer siempre lo que te gusta, si no lo mejor para todos. Pasas de dormir cuando y en donde quieras a cuando y donde puedas. Pasas de darte un capricho yendo a un sitio chulo a comer o cenar, a dárselo a ellas e ir a un mcdonalds a comer o cenar. Pasas de celebrar los cumpleaños de tus amigos a celebrar los de los suyos. Etc...

Pero llega un momento en el que te das cuenta que ese cambio de vida es lo mejor que te ha podido pasar. Que aunque al principio creías que ellas dependían de ti, eso no es del todo cierto, tú también dependes de ellas. Si son felices tú lo eres. Si sufren, tú sufres. Es más, cuando están malas, cuando lo pasan mal por algo, en lo primero que piensas es en que ojalá te pudieras cambiar por ellas.

Así que el MIEDO está ahí siempre, MIEDO por no saber si la educación que les estás dando es la correcta, si les estás enseñando a ser buenas personas, a encarar los problemas correctamente, a elegir siempre el camino correcto y si no, que sepan aceptar las consecuencias. Ese MIEDO, creo que nunca se irá. Encima, evolucionará, porque las situaciones van cambiando, y no es lo mismo el MIEDO que tienes cuando son peques bebés a cuando van creciendo (nosotros ahora mismo tenemos tres franjas de edad tan variadas que el MIEDO es de todos los colores).

Y un día, descubres a cualquiera de tus peques haciendo o diciendo algo, o les ves en una situación con otros peques y piensas "pues no lo estoy haciendo tan mal después de todo". Y ese MIEDO se mitiga un poco y te da fuerzas para seguir adelante. Porque antes he dicho que aunque (entre otras cosas) oigas historias de otros papás, el MIEDO no desaparece, sí te sirve para ver que no estás solo en esto, para no sentirte extraño pensando que eres de los pocos papás que no se vanaglorian de no levantarse por las noches o de no cambiar pañales, dar biberones, bañar a sus peques (tampoco presumo de hacerlo), para saber que poco a poco, somos más y por eso, ESTE PAPÁ NO SE ESCONDE.



1 comentario:

  1. Ole oleeeeeeeee por este papa!!!!!!!!
    A mi lo que me ha dado es vértigo cuando has confesado tu miedo de todos los colores, por esas tres franjas de edad diferentes. Que valientes!!!!
    Un beso

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