martes, 19 de abril de 2016

MICROPOST #3: UNA MONEDA BRILLANTE

Hoy traemos una nueva entrega de los #Micropost, esas historias que son un poco más largas para que entren en unos cuantos tuits pero más cortas que un post normal.

Casi todo el mundo tiene por casa un lugar donde dejar las monedas ya sea un cenicero o un "vacía bolsillos" (vaya nombre más feo y a la vez, más literal). Y claro, cuando tienes peques, o lo pones a una altura a la que no lleguen o corres el riesgo que te desaparezcan las monedas.

Mi peque descubrió una moneda que "brillaba un montón" y se la quedó. Le gustó tanto que la tarde que se "apropió" de ella no la soltaba e iba a todos lados con ella. Pero, a todos, todos...Incluso al baño.


Así que se sentó a hacer caca y claro tuvo un final trágico (la moneda, es entiende) cayéndose al váter. La pobre lloraba desconsolada (la peque, se entiende) pidiendo ayuda, pero su hermana (la mediana) viendo que la salvación era difícil, tiró de la cadena antes de que le pidiera que metiera la mano.

El berrinche fue grande. No le calmábamos ni siquiera diciéndole que le dábamos otra moneda porque "ninguna era brillante". Así que ahora, siempre que llego a casa, viene detrás de mi, esperando a que me vacíe los bolsillos esperando encontrar otra moneda brillante.

NOTA DEL AUTOR: Esta historia sucedió hace unos cuantos días, pero hoy la he recordado gracias a estos post de (sobre) "mierda" de La Parejita de Golpe y Stereodad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario